En la Anunciación nos presenta a la Virgen Maria como la antítesis de la Eva del Génesis.

En la Anunciación nos presenta a la Virgen Maria como la antítesis de la Eva del Génesis. Eva es la mujer que desconfió de Dios, dijo “no”… y ofreció al hombre el fruto de la muerte… 

María confio en Dios, dice ” si” y ofrece a la humanidad el fruto de la vida. Eva se encierra en si misma… María se abre a la palabra de Dios. Eva se rebeló… María se entrega docilmente: ” He aquí la esclava del Señor…” 

Desde sus orígenes el hombre experimenta una división interna. Por un lado siente una fuerza que le impulsa al mal. Y por otro siente  atracción por la verdad, la belleza, la bondad. Le fascina todo lo que es noble y grande… Pero al mismo tiempo es consciente de su incapacidad alcanzar ese ideal de belleza y de bondad. 

Lo ve realizado espléndidamente en María la colmada de gracia, de transparencia… La contempla como el arco iris que anuncia la paz entre Dios y el hombre…Dios está con ella. Y esta unión llegará a tal grado que la carne y la sangre de Maria será la primera Tierra Santa donde plantará su tienda el Hijo de Dios hecho hombre.

El Inmaculado quiso nacer de la Inmaculada…el invisible se hizo visible y palpable en los brazos de Maria. Y por María el Hijo de Dios viene al encuentro del hombre como hermano de raza.. Así nos ofrece la filiación divina perdida por el pecado de origen.