Vivir es descubrir. El niño descubre que tiene padres. El adolescente el mundo… El joven el amor.
El hombre vive mientras hace descubrimientos. Cuando deja de hacerlos, ha muerto. También la fe es un descubrimiento. Es un tesoro que se encuentra inesperadamente. Pero a veces, a juzgar por algunos creyentes, parece una imposición del medio ambiente o una herencia cultural.
Es duro cuando no hay descubrimiento ni sorpresa. Entonces la fe cuesta. Sobre todo cuando exige renuncias. Y si es verdadera fe, las exigirá siempre. Es duro cuando no hemos hallado ningún tesoro, sino que nos han impuesto un deber.
Cuando no es un valor. Cuando no es una liberación. Cuando no es vida. Es duro cuando la fe es una cosa más entre otras. Fue para mi un descubrimiento?.. ¿fué el hallazgo de un tesoro? Y hoy ¿sigue siendo una sorpresa diaria?