Los que no encuentran ningún sentido a la 😞 vida quieren terminar con ella.
Y es que, cuando llegan las horas de desdicha😩, de 😔 fracaso, de hastío 😭, entonces la aceptación de la vida no es fácil. Si ceden 👎🏼 las fuerzas, las cosas se vuelven grises💀, los deberes oprimen. En tiempos de prolongada 😷 enfermedad, en momentos de desánimo y ☹ melancolía, puede aumentar la protesta: ¿Porqué tengo que 🤷🏽♀ aceptar esto? Yo no lo escogí. De un modo fatigado 🥵 y sordo, podemos llevar adelante la vida solo con el encogimiento de 🤷🏻♂ hombros de la resignación, pero también con una acción desesperada, pues el número de los que rechazan la vida es ☠ aterradoramente elevada y parece crecer. Aumenta a aquellos a quienes el don de la existencia se les vuelve una carga💣 y no tienen deseos de tomarla sobre sí. También puede ser porque ninguna 🙏🏼fe ni ningún ❤ amor les ha enseñado a entender el ❓enigma. Aceptamos con 🤗 gratitud la vida que Dios nos ha 🙏🏼 dado en los momentos fáciles y difíciles, cuando nos 🤣 sonríe la existencia y cuando esta se vuelve 😠 amarga y dura. El suicidio es una tragedia y 😱 una cobardía. La aceptación 🥺y conservación de la vida, es una 🥳 fiesta y una actitud valiente que nos abre múltiples 👨🏼🍳👩🏻✈💃🏻 posibilidades de 👩🏻🎓👨🏻⚕ autorrealización.